Ventajas del transporte de mercaderías aéreo

Roberto Bloch, abogado, argentino, recibido en la UBA, especializado en Derecho Comunitario (Postgrado en la Universidad de Salamanca, España), es experto en procesos de Integración Regional, Transporte, Logística Empresaria, Comercio Exterior, Negociación y Geopolítica

El transporte de mercaderías valiosas, perecederas y frágiles mediante el uso del transporte aéreo está creciendo en forma progresiva en los últimos años; ya se ubica en un porcentaje aproximado al 20% con relación al transporte marítimo de cargas de la misma clase. Esto es así porque además de las ventajas específicas del modo aéreo, se construyen en forma creciente aviones dedicados completamente a la carga, llamados “cargueros puros”, que permiten ofrecer más capacidad de bodega a los dadores de carga. En la actualidad el carguero puro más grande del mundo es el avión ruso Antonov 225, con una capacidad de bodega de 200 toneladas. Boeing y Airbus también disponen de cargueros puros con capacidades aproximadas a las 120 toneladas.

Si bien en forma general puede afirmarse que la tarifa aérea correspondiente a una mercadería suele ser sensiblemente mayor que el flete marítimo aplicable a la misma, deben considerarse con especial interés las ventajas que ofrece el traslado aéreo frente al marítimo, que importan una sustancial reducción de costos que compensan la diferencia entre tarifa y flete.

En primer lugar, la celeridad en el envío es la característica saliente del modo aéreo; los aviones llegan en el día o al día siguiente a cualquier parte del mundo y se despachan rápidamente las cargas. Los viajes marítimos pueden insumir días o semanas, sobre todo, desde los puertos argentinos hacia Estados Unidos, Europa o Asia.

Asimismo, el modo aéreo es el más seguro de todos los modos en cuanto a accidentología del medio y también en lo atinente al buen cuidado de la mercadería transportada. Esto trae como consecuencia que el seguro aéreo sea notablemente inferior al seguro marítimo.

Derivado del concepto anterior, los costos por embalaje aéreo son más reducidos que los costos involucrados en la protección de mercaderías mediante embalajes adecuados por vía marítima.

Al despacharse rápidamente la mercadería transportada por avión, se reduce el costo financiero por mercadería depositada, que suele ser relativamente alto en el transporte marítimo por las demoras en depósitos de las mercaderías.

Por otra parte, en el transporte aéreo se reducen los costos de traslado terreste de las mercaderías con relación al transporte marítimo, por la ubicación de los aeropuertos en zonas interiores más cercanas a la entrega y recepción de la carga, con relación a la ubicación costera de los puertos.

Los gastos aeroportuarios por uso de la terminal aeroportuaria suelen ser menores que los similares referidos a la terminal portuaria marítima.

El transporte aéreo es especialmente recomendable para el transporte de mercaderías perecederas: productos lácteos, frutas, hortalizas, pescados y otros productos del mar, dulces, chocolates, carnes especiales (por ejemplo, cuota Hilton). Para estos productos existen contenedores aéreos especiales refrigerados, denominados “igloos”, que permiten mantener en forma óptima la cadena frío, aprovechando además la velocidad del avión.

En el caso de frutas y hortalizas, el uso del modo aéreo permite aprovechar las oportunidades comerciales que brinda la contraestacionalidad y ofrecer primicias en mercados internacionales, con ventaja frente a competidores locales y extranjeros.

El modo aéreo es especialmente apto para el traslado de flores, debidamente embaladas.

Los productos químicos y medicinales se transportan vía aérea. También los órganos para transplante.

Las cargas de valor se transportan vía aérea: dinero, joyas, documentos, obras de arte, elementos de electrónica y microelectrónica, prendas finas de vestir (se utilizan contenedores especiales para que arriben listas para ser exhibidas). También las muestras, el material impreso, los periódicos y las revistas.

Asimismo, los animales vivos (caballos de carrera, de polo, de salto, otros animales para exposiciones), son trasladados por el modo aéreo, reduciendo el stress que produce en ellos una larga travesía marítima.

Para el cálculo de la tarifa aérea es importante el pesaje de la mercadería (peso bruto y peso volumétrico) y la clasificación de la mercadería en el cuadro tarifario correspondiente. Por ello, es un modo de transporte indicado para mercadería liviana pero voluminosa (ropa) y contraindicado para los grandes pesos (minerales, grandes cantidades de cereales).

Por último, existen tarifas especialmente reducidas con relación a las generales si se efectúa la entrega de un contendor aéreo “igloo” consolidado, a la compañía aérea, tarea para la cual resulta conveniente contactar a un freight forwarder (agente consolidador), especializado en este modo de transporte.

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